erosión

lamía sus piernas,
se había hartado de mirar
su lengua hoy parecía una mejor opción para conocerlo
lamía los dedos trabajadores
lamía las sienes, los trazos del lápiz, el filo de la mesa y a gatas sudaba y lamía

antes había procurado evitar el cambio
mucho tiempo sospesó sus necesidades y las de él
que contaba cada moneda
que tecleaba letras inconstantes
que roía la cena
y balbuceaba todas las palabras

ella lamía a su alrededor, gustaba los fluidos
lamía la piel profunda  hasta sorber la médula.

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