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Mostrando las entradas de agosto, 2012
me comprometió el tiempo a rendir homenaje a ciertas ausencias no quiero olvidarme no quiero ocultarme sonriente  o paradójica me comprometió el tiempo a buscarte en unos años más acá "pido permiso"

aturdido

me    contestó    tan    pausada  no tuve el tiempo  de la sorpresa para robarle la cara  y aplicar mi mejor beso

incapacidad latente

de poesía no pude observar atrás me borraste la mirada concluí... que solo podía tantear hoy que no había no había ni pizca 

a veces siento amor

castigada en un rincón vuelo sutilmente hacia dios prefiero irme planto el talón y lloro también imploro alguna cocción desafinada en el temblor del pecho castigada en un rincón despliego burda esta mirada hacia todo

PERFECTA

“La vitrina” Milonga Letra y Música: Adrián Abonizio No me importa el qué dirán, ni si mañana es mejor, no soy la bonita flor perfumada y obediente. Si debo apretar los dientes y arremangarme la ropa, un ancho es el as de copas y a cualquier carta me apego y al varón le sigo el juego poniendo cara de sota. No presumo de exquisita, el lujo me importa un corno, mujeres que son de adorno se caen de la vitrina. Soy morocha y argentina, ni posmoderna, ni nada, no sonrío a la carnada ni acato la voz del amo, yo no como de la mano y más si es mano enguantada. Me enamoro porque sí sin preguntarme la causa, el corazón es la balsa que siempre va a la deriva. Cuando me piden que escriba sobre el juego glamoroso, la casita o el reposo y el nido de enamorados yo contesto que a mi estado no le conviene un esposo. Aguante los vendavales del criollo más macanero, bacanales de soltero con aires de nuevo rico, puro jarabe

mi sueño con Delmira (primer intento)

"Alma de loca" Tango de 1927 Música: Guillermo Cavazza / Letra: Jacinto Font Milonguera, bullanguera, que la va de alma de loca, la que con su risa alegre, vibrar hace el cabaret, la que lleva la alegría en los ojos y en la boca, la que siempre fue la reina de la farra y del placer. Todo el mundo te conoce de alocada y jaranera, todo el mundo dudaría lo que yo puedo jurar: que te he visto la otra noche parada ante una vidriera contemplando a una muñeca con deseos de llorar. Te pregunté qué tenías y me respondiste: nada... pero advertí al verte tan turbada que era tu intento ocultarme la verdad. La sonrisa que tus labios dibujaban quedó helada y una imprevista lágrima traidora como una perla de tus ojos fue a rodar. Quién creyera, milonguera, vos que siempre te reíste, y que siempre te burlaste de la pena y del dolor, ibas a mostrar la hilacha poniéndote seria y triste ante una pobre muñeca modestita, y sin valor. Yo te guarda

poema corto para existir

variaciones monstruosas

hoy vi el río desde tus ojos merodeaban acorralándome en una puerta verde hoy probé el río con tus ojos saboreaban acorralándome en una puerta verde hoy toqué el río para tus ojos lamían acorralándome en una puerta verde

SENTIDO

TENGO LOS OJOS PRENDIDOS DE TANTA SAÑA CON LA QUE AUSCULTABAS MI SEXO. DISFRUTO TU SILENCIO EXTREMO Y ANUNCIO EL DESPERTAR ETERNO ESTA MAÑANA.

primera conjugación

¿y si decido borrarlo todo? ¿y si coincido con tu instinto disidente? aplaudo el motivo el el dócil cuerpo   me inhibe y si consiento  el ataque / la fatiga el  fulgor  vacilante  restaurador  nuestros  anhelos   la  pirámide  maciza  que  sostiene  unos  cuantos  libros

Bello y Potente

Imagen
 NOCTURNO Cuando tanto se sufre sin sueño y por la sangre se escucha que transita solamente la rabia, que en los tuétanos tiembla despabilado el odio y en las médulas arde continua la venganza, las palabras entonces no sirven: son palabras. Balas. Balas. Manifiestos, artículos, comentarios, discursos, humaredas perdidas, neblinas estampadas. ¡qué dolor de papeles que ha de barrer el viento, qué tristeza de tinta que ha de borrar el agua! Balas. Balas. Ahora sufro lo pobre, lo mezquino, lo triste, lo desgraciado y muerto que tiene una garganta cuando desde el abismo de su idioma quisiera gritar lo que no puede por imposible, y calla. Balas. Balas. Siento esta noche heridas de muerte las palabras. Rafael Alberti