En las afueras del monstruo

“Conquistas de una ciudad ocupada” Por Mirasoles DISPERSIÓN mediaesquina casi sin luz, arrebolada me escupe esta mentira. un vecino camina inerte e histérico nosotros lo reconocemos pero no le decimos nada el diariero me indicó alguna vez el paso con el que Respiro Pero nunca se lo dije a nadie mediaesquina los sinvergüenzas de la mesita de al lado discuten sin saber muy bien qué dónde cómo gente gente gente agente de comercio gente gente gente agente de policía gente gente gente agente publicitario gente gente gente gerente bancario Conjunto de Mediaciones Nocturnas para enfrentar a la Soledad Inmanente hombres entre el graffiti y el sexo entre la prostituta y el cliente al volante hombres sin cara quizás nos piensan a todas en cuartos de esclavas quizás nos piensan a todos gente pueblo multitud personas muchedumbre individuos humanidad… …“apaciguados” MANSOS que embisten a prójimo SALVAJES que e

Del interior y otros cuerpos *por María del Rosario Tu labor alcanza mi cuerpo y culmina en el tuyo, abraza la calma y este instante, cuando la humanidad nos despide y acabamos dentro nuestro. Escena han entrado las luces de la mañana se llenó de rocío el cuarto nadamos sin asombro hasta el mediodía cuando tuvimos hambre entre el agua y el aire nos peleamos por comida y peces Atención “Recuerda con los ojos, vacía los lugares de sentido recupera el aliento embiste al monstruo” Ahora No soy absolutamente cuerda Ni pude volverme loca Ni independiente ni hipotecada Ni tubérculo arraigado a la tradición Ni modernosa expresión de libertinaje No traigo soda ni chicha ni limonada Ni rubor ni sombra rimmel o incertidumbre Ni ideológica ni apolítica Mujer que camina por la

Lejos del balance, la bajada de línea, el discurso lacrimógeno o las vanaglorias de un destino promisorio, mis palabras son humildes y pausadas. El hecho de participar de un cierre del año lectivo impone la reflexión con la mirada puesta en un horizonte sino atractivo, atento a las condiciones de la vida cotidiana. Por eso miro, miro hacia adentro de mi quehacer docente, donde las cosas pasan... o a veces quedan en el intento de alcanzar una respuesta... quizás las ganas del estudiante nos prevenga de no abofetearlo con tecnicismos académicos, y otras nos permita invadirlos de inquietudes y curiosidad. Entonces, a la hora de escuela, cierto es: que no quiero un cubículo estanco (aula) con seres inanimados que respondan si o no a las exigencias académicas; en una época donde las quejas (género menor del discurso de la comodidad) se multiplican, y la protesta está señalada / estigmatizada como potestad de un grupo en desmedro de los que hacen, piensan y sienten apelo, entonces a ust

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